lunes, 26 de septiembre de 2011

NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS

Titulo: No habrá paz para los Malvados
Nacionalidad: Española
Director: Enrique Urbizu
Año: 2011
Reparto: José Coronado , Juanjo Artero, Helena Miquel
Sinopsis: Madrid, principios del siglo XXI. Un día el inspector de policía Santos Trinidad, de camino a casa, ya muy borracho, se ve involucrado en un triple asesinato. Pero hay un testigo que consigue escapar y que podría incriminarlo. Santos emprende una investigación destinada a localizar y a eliminar al testigo. Mientras tanto, la juez Chacón, encargada de la investigación del triple crimen, avanza meticulosamente en la búsqueda del asesino. Santos y Chacón descubrirán muy pronto que lo que parecía un simple caso de tráfico de drogas es, en realidad, algo mucho más peligroso. (Fuente: FILMAFFINITY)

No tenía ni idea de la existencia de esta película hasta que oí hablar de ella en las noticias por el festival de San Sebastián. Me bastó ver un par de imágenes y el breve trailer que pusieron en la tele para que me atrajera su estética y me apeteciera verla.

La película nos muestra un Madrid sucio, sórdido y opresivo. El principio de la película me recuerda, salvando mucho las distancias, a la primera parte de Torrente , cuando después de meterse cuatro lingotazos , al ir a ponerle el camarero en quinto, Torrente mira el reloj y le dice: "no, ya está bien, acabo de empezar el servicio".

Aquí el torrente de turno es José Coronado, como el policía Santos Trinidad, aunque de Torrente tiene muy poco, sólo lo borracho y putero que es, todo lo demás acojona bastante. Hacía tiempo que no veía un poli tan duro y tan cabrón en una película. Su caracterización es estupenda, con greñas y una barba de muchos días, chupa de cuero, barriga y gafas de sol.
Su personaje es complejo y evoluciona a lo largo de la película sin quererlo él mismo, llegando a ser al final un héroe a la fuerza, ya que las motivaciones que le llevan a perseguir a los malos, no son las que deberían, pero el resultado final es beneficioso para la sociedad, con lo que se supone que se cumple su rol de policía, así como el título de la película, dejando claro que no habrá paz para ningún malvado, esté del bando que esté.

El resto del reparto cumple bastante bien. Juanjo Artero, el entrañable Javi de Verano Azul, (menudo sanbenito le ha quedado a este hombre de por vida) lo hace bastante bien, creo que es un actor que mejora con el tiempo. (Por cierto, me recuerda un poco a Daniel Craig).
La Jueza Chacón también cumple muy bien, llena la pantalla cada vez que aparece en escena, en su papel opuesto a Santos Trinidad, representa el bien y la justicia, luchando contra la incompetencia del departamento de policía con las armas que tiene.

El argumento se me hizo un pelo confuso a mitad de película, sobre todo en lo relacionado con los personajes árabes (me liaba con los nombres y sus caras), pero en un final digno de los mejores filmes de Sam Peckinpah, queda todo aclarado.

En resumen, cine negro del bueno, y ambientado en nuestro país y en la época actual ¿qué más necesitas saber para ir a verla?

jueves, 22 de septiembre de 2011

La caída de los gigantes. Ken Follett

El libro describe los acontecimientos que tuvieron lugar en Europa y en el mundo relacionados con la Primera Guerra Mundial, desde el año 1911 hasta el 1924. Para ello toma a diferentes familias de origenes diversos que viven en Rusia, Alemania, USA y Gales, y nos narra las vidas de sus componentes durante esos años, entremezclándolos con otros muchos personajes históricos reales.
Se nos describen también otros aspectos como la Revolución rusa o las primeras luchas de las mujeres por la igualdad.
Al parecer se trata del primer libro de una trilogía que Ken Follet tiene pensado completar con otros dos libros que nos hablarán de la II Guerra Mundial y del resto del siglo XX.

Me acerqué al libro de moda de las pasadas navidades con muy poco entusiasmo. Soy uno de esos bichos raros a los que los Pilares de la Tierra le parece un folletín totalmente previsible y con los personajes más planos e infantiles que uno pueda imaginar. Es una de esas ocasiones en que a mí hay algo que me parece muy obvio (que el libro era malo...) y que no entiendo cómo a toooodo el resto del mundo mundial le apasiona lo que está clarísimo que es chungo. En fin... ya sabemos el chiste del tipo que va por la autopista y todos los demás son los que van en sentido contrario... yo qué sé.

El caso es que cayó por mis manos (desde las manos de mi suegra, para más inri), y me dispuse a leerlo. Hay que decir que también soy del tipo de lector que, cuanto más tocho es el libro, mejor pienso que va a ser, aunque está vez confieso que tenía miedillo ante un libro de más de mil páginas de un autor que no me había gustado.

Bueno, pues tengo que decir que me lo he pasado bien leyéndolo. Sobre todo porque el libro nos cuenta de manera muy amena toda esa parte de la historia concerniente a porqué se hizo la primera gran guerra y como se dió por terminada, parte de la historia en la que yo, personalmente, estaba un poco pez. El libro no se centra tanto en las batallas (aunque haberlas haylas...pero de eso ya controlaba un poco más, ya me conocéis...) como en los trapicheos políticos y maniobras de los diferentes países implicados, y lo cierto es que me empapado de muchas cosas que desconocía. Hay que reconocer a Ken Follet un inmenso trabajo de documentación que, con las oportunas licencias, hace que la novela sirva también como libro de historia. Para mí eso ha sido lo mejor, sin duda.

Si hay que hablar de lo que es novela puramente, los personajes me siguen pareciendo sencillotes, y casi siempre adivinas cómo va a terminar cada uno, pero al menos se ha ahorrado esta vez a los malos, malotes que te pasas, y las tramas se dejan seguir con interés. La parte ficticia sirve para que el relato no sea un árido pasaje de enciclopedia, y vas aprendiendo historia de manera entretenida.

Es cierto que el libro es muy largo, y en ocasiones puedes desfallecer un poco, pero supongo que los amantes de la novela de bolsillo lo descartan en cuanto lo ven en la estantería.

En definitiva, he tenido que recomponer mi valoración del señor Follet, con un libraco entretenido que te explica muchas cosas de la Primera Guerra Mundial, o lo que es lo mismo, de porqué luego tuvimos que montar una Segunda.

domingo, 11 de septiembre de 2011

FRIGHT NIGHT (Noche de Miedo)

Fright Night
Año 2011
Dirigida por Craig Gillespie

Noche de Miedo es un reboot de la película homónima del año 1985 dirigida por Tom Holland.
Es una peli de la que guardo un grato recuerdo de mis años mozos, aunaba ambiente teen americano con vampiros, humor y unos efectos de maquillaje y sonoros muy convincentes para la época. No sé las veces que pude verla.

De esta nueva versión me enteré hace unos meses que estaba en proyecto, y, entre que me parecía innecesaria, como tantas otras, y que el actor principal no me mola ni tres (Collin Farrell), no tenía mucha inteción de verla. Pero en varios sitios he leído críticas favorables y me he ido de cabeza esta noche a verla.

Las críticas eran ciertas, está muy pasable. Han mantenido el sentido del humor, lo han combinado con unos actores simpáticos (incluso Collin está majete) y unas tías buenísimas, hay un par de toques de terror muy conseguidos, y los efectos están muy bien logrados. A pesar de haber bastante CGI, creo que también se lo han currado bastante en el departamento de maquillaje, lo cual es siempre de agradecer.

Por fin una peli de vampiros decente, es la primera que veo desde "Dejame entrar". Huelga decir que ni me molesto en gastarme un euro (o un bit de memoria de mi ordenador) en ver o descargar bazofias como Crepúsculo en todas sus partes, Van helsing, Underworlds y horrores por el estilo, con vampiros con remordimientos y hombrecitos-lobo con crisis de personalidad.
Un vampiro no tiene que ser solo un chupasangres, tiene que parecerlo y obrar como tal. A saco!

Esta película es chorro de aire fresco, se ve muy agusto y a pesar de su duración, no cansa.
Si os gusta un poquito el cine de vampiros, id a verla, y si no, pues también.

EDITO: por cierto, divertido el breve (y sangriento) cameo del actor protagonista del film original (Chris Sarandon), que pasa de ser verdugo a víctima.

También se me olvidó decir que eché en falta la figura del ayudante humano del vampiro, que sí aparecía en la peli original. Este personaje es fundamental en la difícil vida de un chupasangres, se ocupa para él de las labores administrativas, mantenimiento, vigilancia diurna, limpieza y ocultación de cadáveres,etc., es un lacayo de lo más entregado vamos.
Siempre me han recordado a este tipo de personajes los monaguillos de las iglesias, y también esos hombres seglares que suelen vivir perpetuamente bajo la protección y tutela de monjas o curas en sus conventos, y que se ocupan de todas las labores antes descritas (bueno, de la ocultación de cadáveres supongo que no), son fieles a su Señor y no reciben otra compensación que el sentirse útil y amado por su Maestro.
Esta última reflexión mía llevaba tiempo pensándola y no me he podido resistir, espero no ofender a nadie.

jueves, 8 de septiembre de 2011

La piel que habito. Pedro Almodóvar . sept 2011

Tuve la fortuna de conocer la transexualidad de mano de Eva Luna e Isabel Allende. Entendí con naturalidad y sin aspavientos que Mimí era una bella mujer, por dentro y por fuera; que haber nacido con pene era un accidente o un inconveniente, como el que sale rubio y le hubiera gustado ser moreno, no mucho más determinante para ella ni para quienes la querían. Todo en Mimí era femenino. Su trato y su belleza, sus curvas y su capacidad de superación, su mirada y sus ojos. En su fondo y su forma era mujer. Maternal. Sin presencia de culpas, ni disculpas, ni de aceptación, ni de rechazo. Era así. Pero habrá muchos que no tengan la suerte de haber conocido a Mimí ni a Eva Luna, y dudo que gracias a Almodóvar entiendan de manera sana, natural, bella y cómplice la transexualidad. Todo lo contrario. Tendrán delante, si es que no desisten en el intento y se aburren antes de concluir la tesis, una transexualidad cargada de rechazos, de obsesiones y de dolor.

La última de Almodóvar siempre me gustará más, sea como sea, que ‘Todo sobre mi madre’, el insuperable bodrio por el que el director ganó un Óscar. En esa pretenciosa, antipática, incoherente y mentirosa película también aparecía un transexual. Era un ser repugnante que deja preñada a una monja mientras propaga el SIDA por toda Barcelona. Tal vez Almodóvar ha querido reconciliarse con los hombres y mujeres que no les corresponde el apéndice sexual que cuelgan o esconden, y con un discurso tremendamente enrevesado nos explica la cárcel terrible que es su cuerpo. Si aguantamos el ritmo lento, cansino e innecesariamente meticuloso y llegamos al final –lo único salvable del filme-, concluiremos que ‘pa este viaje no hacían falta estas alforjas’. Lo mejor de la peli, el culo de Elena Anaya.

Critica Redactada por Amaya Uriz

martes, 6 de septiembre de 2011

Sé lo que estás pensando - John Verdon




Título: Sé lo que estás pensando
Autor: John Verdon
Título original: Think of a number
Año: 2010
Páginas: 430
Género: Thriller
Mes de finalización de lectura: Agosto 2011








Elegí este libro porque vi que iban por la 24ª edición, por lo que supuse que estaría bien, antes de pagarlo una cliente de la tienda me dijo que estaba muy bien y la dueña me lo confirmo cuando pasé por caja. Así que estaba expectante ante lo que me podría ofrecer.

Un hombre recibe una misteriosa nota, en la que dice conocerle tan bien que es capaz de saber que número va a pensar. Le pide que piense un número del 1 al 1000 y que después abra el sobre pequeño que acompaña la nota. La sorpresa viene cuando al abrir el sobre descubre el número que efectivamente había pensado, un número que no tiene ningún significado especial para él. Este es el punto de partida de una historia llena de giros insospechados, en la que un detective retirado asume la investigación del caso así como de las ramificaciones que van surgiendo.

El desconcierto que produce la nota continúa con los hechos que le siguen. La intriga no acaba hasta la última página. Hay algunos temas que me parece que no los deja bien cerrados (secundarios todos ellos, sobre todo en la forma de la relación del protagonista y su mujer), pese a eso me parece muy buena novela muy bien contada.

Muy buena

lunes, 5 de septiembre de 2011

Super 8. Una peli homenaje al cine de nuestra infancia

Se trata de una peli que rinde tributo a esas pelis que vimos en los 80 (la infancia de los que nos acercamos peligrosamente a los 40...), como Los Goonies, y sobre todo, E.T. J.J. Abrams, productor, guionista y director de series, que ha triunfado sobre todo por ser uno de los padres de la serie de culto "Perdidos", se pone tras la cámara con la producción del mismísimo Steven Spielberg.

Lo que hacen es crear una cinta que, por su ambientación, guión, iluminación, niños actores y peinados pasados de moda, parece haber sido rodada tal cual hace 30 años, y uno tiene la impresión de que se la había perdido cuando fue niño, y ahora tiene otra oportunidad de verla en la gran pantalla. Es lo que hace Abrams, de la mano de Spielberg, y, para mi gusto, lo mejor sin duda de la peli.

Me encantó el inicio y el primer desarrollo de la trama, precisamente por revivir esa sensación de ser niño y estar en el cine viendo una de esas pelis de aventuras que tanto molan. El cuarto de los niños protagonistas parece casi el mío, con esos posters de Star Wars, esos pijamas como de sky horteras tirados por el suelo (no sé cómo llamar a esa tela horrible tipo malla que nos hacían ponernos...) , los muñequitos en la estantería, etc, etc.

Se cuenta cómo un grupo de niños, enamorados del cine, filman su propia peli con una cámara super-8, que por lo visto es lo mismo que hacía el gran Spielberg a esa edad. Y lo que hacía J.J.Abrams con esa edad era lo mismo que hacíamos los demás, ver alucinados las pelis que hizo Spielberg, y flipar con extraterrestres que hacen volar bicicletas. Los niños, mientras filman una de sus escenas para su peli, son testigos de un espectacular accidente de tren, y de algún que otro suceso de más difícil explicación, lo cual derivará más tarde en que tengan que apañárselas para salvar a su pequeño pueblecito de Ohio ellos solitos.

Como ya he dicho, es en la primera mitad de la peli donde se plantean las tramas y vamos conociendo a cada uno de los niños, con ese regusto ochentero tan chulo y esa demostración de amor cinéfilo de los directores que se ve reflejado en los propios personajes. Tenemos además el accidente de tren, espectacularmente (para mí gusto hasta demasiado espectacularmente) filmado, y la historia nos engancha con esa parte misteriosa de la trama que tendremos que ir resolviendo a la vez que los chavales, que por cierto, me parece que lo hacen genial y seguro que tendremos algún actor de renombre entre ellos en unos años. Es por todo esto que creo que merece la pena pagar la entrada e ir al cine a verla.



Creo que la segunda mitad y la resolución de la historia ya es otro cantar, y que lo que hace Abrams es no tan creible, conformándose en ocasiones con tirar de efecto especial y de acelerarlo todo, aderezándolo con muchos gritos de los niños, que para estas alturas ya no tienen personajes que desarrollar.

Sabiendo esto, sigo manteniendo que la peli merece la pena, porque se trata de hacer lo que hacíamos en los 80, ir al cine a pasar una tarde muy entretenida mientras comemos palomitas, sin muchas más complicaciones. Ese retorno a la infancia me pareció muy recomendable, más para alguien tan peterpanizado como yo mismo.

Al menda, "Perdidos" tampocó le apasionó, porque a una trama muy bien expuesta que te deja con enormes expectativas de lo que va a pasar, le siguió un final decepcionante y chungo (más bien, es que no tenía final....). A Super-8 le pasa lo mismo en cierta medida, pero no tienes que chuparte 40 capítulos para darte cuenta de que el final no te mola. Creo que Abrams domina a la perfección la técnica cinematográfica, pero le falta ese punto de artista o genio que tiene Spielberg para entrar a matar con la espada, rematar la faena (véase, un final bueno) , y llevarse las dos orejas y el rabo. (Claro, que Spielberg es el José Tomás del celuloide, un listón un poco alto...) Es como si un pintor supiese copiar a la perfección cualquier cuadro de Van Goh, por ejemplo, pero jamás pudiese él mismo inventarse un cuadro propio de veras genial.

De todos modos, hay mucho tiempo por delante, y este tipo, con la fama y capacidad que le van a dar los grandes estudios de hacer cosas, puede que aún nos sorprenda algún día con una gran película.

De momento nos ha dejado Super-8, que tampoco está nada mal.